
FAMILIA HERNANDEZ LÓPEZ
En la cosmovisión maya la ceiba es un árbol sagrado el cual representa la vida. El árbol es la conexión de lo visible e invisible. Sus ramas acarician el corazón del cielo y sus raíces el corazón de la tierra. Este conocimiento le ha inspirado amor, fuerza y visión a la familia Hernandez López para cuidar y preservar por más de cuatro décadas, aproximadamente 700 hectáreas de bosque húmedo tropical. Un 70 % de su territorio es bosque virgen. Hoy en día es hogar de muchas especies de flora y fauna, algunas en peligro de extinción como el helecho gigante (Cyathea arbórea), o animales como el tigrillo (Felis pardalis), el pajuil (Penelopina nigra), el pavón (Crax rubra) y la gongolona (Crypturellus soui).
Este es uno de los pocos lugares en las rivera del río Tinto o Negro que se ha mantenido intacto desde que se formaron las primeras comunidades en esta zona. Se caracteriza por ser un punto vital para más de 16 cuencas de agua que desembocan en este río. Casi todos los alrededores de la finca, que son miles de hectáreas, se han talado para la crianza de ganado bovino. Debido a esta problemática en la época seca del año se escasea el agua, por lo tanto la preservación de este bosque es crucial para garantizar el agua y la vida en su conjunto.
Hemos utilizado la agricultura regenerativa para preservar el área. A través de los años se ha desarrollado una granja integral siguiendo los pasos de nuestros padres Argelia López y Rafael Hernández que aprovechaban todos los recursos naturales sin genarar daños en el ecosistema.
La resilvestración, es uno de los métodos que hemos utilizado para restaurar el ecosistema y mantener la biodiversidad. Nuestros padres fueron un matrimonio amante de la naturaleza y comprometidos con su conservación crearon una finca integral en 1980, donde dieron vida a una familia de 15 hijos. La educación que nos ofrecieron incluyó el respeto por la vida en todos los sentidos, nos enseñaron los beneficios de las plantas y árboles medicinales como sanadores. Aprendimos sobre lo que crece en este lugar: cómo plantar y mantener los cultivos y al mismo tiempo preservar la tierra. El bosque se convirtió para nosotros en un hogar, un supermercado y una farmacia.También nos enseñaron la importancia de la justicia social y de velar por el bienestar de la comunidad. Ellos, junto a otras familias, fundaron la comunidad de El Guano y su escuela. Donaron más de 100 hectáreas (una cuenca) para que la comunidad de El Guano y El Paraíso tuvieran acceso al agua potable.
Nuestro padre fue un líder ambiental que perdió la vida por la causa. Dedicamos nuestro trabajo a defender sus principios y de mantener esta finca. Hacemos un llamado urgente a todos para crear un puente entre las comunidades locales y globales para que podamos aprender los unos de los otros. Este es un momento para que nos unamos como un solo pueblo y compartamos conocimientos sobre los valores de cada comunidad y nos enfoquemos en cómo mejorar y ser más fuertes, ya que nos enfrentamos a situaciones que en solitario no podemos superar. Queremos comunidades resilientes y autónomas el punto principal es intercambiar información sobre cómo construir una sólida estrategia de desarrollo económico que involucre la sostenibilidad forestal y métodos agrícolas que mejoren la calidad de vida de todos. Es necesario desarrollar una conciencia ambiental sobre la importancia de mantener el mayor tesoro que tiene nuestro mundo: la naturaleza. Apoyamos el trabajo que están haciendo todos los líderes ambientales, especialmente aquellos que son perseguidos por su misión de proteger estos espacios sagrados.
Este proyecto es un modelo de granja para que todos aquellos que deseen replicarlo puedan hacerlo donde sea posible. El objetivo es continuar el intenso trabajo de regeneración de suelos y reforestación y agregar miles de árboles en los próximos años para ayudar a compensar nuestra huella de carbono colectiva. El bosque es una fuente de vida que nos enseña a equilibrar nuestro ser; nos ofrece armonía, equilibrio y paz. Preservar la selva para crear bienestar ahora y para las próximas generaciones es nuestra responsabilidad.
Sin los bosques no hay vida
Familia Hernández López